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Tue, 19 Mar 2024 12:49:18 +0000
En la Solemnidad de San José
Os dejamos algunas reflexiones que nos han ofrecido hoy d. Ramón y d. Carlos sobre San José.
En su Encíclica Redemptoris custos , San Juan Pablo II nos recuerda que San José es el primer depositario, junto con Maríam del misterio divino. Y que destacó por su obediencia de la fe. Pidamos a San José, hombre de fe y confianza en Dios, que nos ayude a mantener nuestra fe firme en estos tiempos de adversidad, que nos ayude a superar toda dificultad.
San José, como nosotros, vivió nuestras penas y alegrías. Vivir como él, responder como él al amor divino. Es el mejor atajo para conseguir santificar la intimidad de nuestros hogares, gracias a su constante unión a Jesús y María, y ahí está la clave. Por eso, puede vivir sencillamente lo extraordinario. Es el hombre de la presencia diaria y cercana, que pasa desapercibido. Su culto nos enseña a tener fe en Dios y a creer que puede actuar en medio de nuestros miedos, fragilidades y debilidades. Su silencio ante las mociones divinas nos puede ayudar a vivir una vida colmada por la libertad del amor. La verdadera oración nos va regalando la posibilidad de mirar el mundo desde su verdadera perspectiva, poniendo fe y amor. Un humilde carpintero estaba iniciando la Redención del mundo. Esto no significa que su vida de oración estuviera exenta de dudas e incertidumbres. Su búsqueda exterior era reflejo de su búsqueda interior. Su vida se encontraba de tal modo en las manos de Dios que ahí también se dejó guiar por Dios. Ahí está su grandeza: confiar siempre en Dios, porque sus sueños para nosotros, aunque a veces nos superen, son siempre lo mejor.
San José, nuestro Protector
Canto Oh buen José
Vídeo San José
En su Encíclica Redemptoris custos , San Juan Pablo II nos recuerda que San José es el primer depositario, junto con Maríam del misterio divino. Y que destacó por su obediencia de la fe. Pidamos a San José, hombre de fe y confianza en Dios, que nos ayude a mantener nuestra fe firme en estos tiempos de adversidad, que nos ayude a superar toda dificultad.
San José, como nosotros, vivió nuestras penas y alegrías. Vivir como él, responder como él al amor divino. Es el mejor atajo para conseguir santificar la intimidad de nuestros hogares, gracias a su constante unión a Jesús y María, y ahí está la clave. Por eso, puede vivir sencillamente lo extraordinario. Es el hombre de la presencia diaria y cercana, que pasa desapercibido. Su culto nos enseña a tener fe en Dios y a creer que puede actuar en medio de nuestros miedos, fragilidades y debilidades. Su silencio ante las mociones divinas nos puede ayudar a vivir una vida colmada por la libertad del amor. La verdadera oración nos va regalando la posibilidad de mirar el mundo desde su verdadera perspectiva, poniendo fe y amor. Un humilde carpintero estaba iniciando la Redención del mundo. Esto no significa que su vida de oración estuviera exenta de dudas e incertidumbres. Su búsqueda exterior era reflejo de su búsqueda interior. Su vida se encontraba de tal modo en las manos de Dios que ahí también se dejó guiar por Dios. Ahí está su grandeza: confiar siempre en Dios, porque sus sueños para nosotros, aunque a veces nos superen, son siempre lo mejor.
San José, nuestro Protector
Canto Oh buen José
Vídeo San José
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