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Tue, 26 Mar 2024 08:16:21 +0000
Cuaresma, tiempo de reconciliación
Retomamos nuestros propósitos y os dejamos las reflexiones del Evangelio
Sábado
23 de marzo de 2024
Santo Toribio de Mogrovejo
Lecturas:
Ez 37, 21-28. Haré con ellos una alianza de paz.
Sal Jr 31, 10-13. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño.
Jn 11, 45-56. Al ver lo que Jesús había hecho, muchos de los judíos, que habían ido a visitar a María, creyeron el Él.
En este camino hacia la Pascua, nos vamos acercando a la hora de Jesús, a la hora de la Pascua.
Jesús acaba de resucitar a Lázaro, y el milagro divide a la gente: muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él, pero algunos no se convencen ni con milagros, cada vez están más endurecidos.
Los sumos sacerdotes y los fariseos prefieren sus tinieblas a la luz y permanecen en el pecado, esclavos de su ceguera.
Las palabras del sumo sacerdote Caifás serán, sin que él lo sepa, proféticas: con la muerte de Jesús surgirá el nuevo pueblo: la Iglesia. Las ovejas dispersas encontrarán en Jesucristo la salvación.
Caifás anuncia el cumplimiento de la profecía de Ezequiel.
Ezequiel había anunciado el fin del destierro del pueblo de Israel y la promesa de una alianza de paz eterna: pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Esta promesa se cumple en Jesucristo. Cristo vencerá mediante la locura de la cruz y el sacrificio de la obediencia.
A través de este camino también nosotros podremos entrar en la gloria.
Y ante esta Palabra no podemos quedarnos como espectadores apáticos.
También llega tu hora. La hora de seguir a Jesús en el misterio pascual; la hora de tomar tu cruz y encontrarte en ella con el Señor; la hora de vivir obedeciendo a la voluntad de Dios y experimentar su victoria en tu vida. La hora de ver cómo el Espíritu hace nueva tu vida.
Para ello, el versículo antes del Evangelio nos ha dado la clave: Quitaos de encima vuestros delitos y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
¿No ardía nuestro corazón al escuchar su Palabra? (Cf. Lc 24, 32).
¡Ven Espíritu Santo! ???? (cf. Lc 11, 13).
Sábado
23 de marzo de 2024
Santo Toribio de Mogrovejo
Lecturas:
Ez 37, 21-28. Haré con ellos una alianza de paz.
Sal Jr 31, 10-13. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño.
Jn 11, 45-56. Al ver lo que Jesús había hecho, muchos de los judíos, que habían ido a visitar a María, creyeron el Él.
En este camino hacia la Pascua, nos vamos acercando a la hora de Jesús, a la hora de la Pascua.
Jesús acaba de resucitar a Lázaro, y el milagro divide a la gente: muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él, pero algunos no se convencen ni con milagros, cada vez están más endurecidos.
Los sumos sacerdotes y los fariseos prefieren sus tinieblas a la luz y permanecen en el pecado, esclavos de su ceguera.
Las palabras del sumo sacerdote Caifás serán, sin que él lo sepa, proféticas: con la muerte de Jesús surgirá el nuevo pueblo: la Iglesia. Las ovejas dispersas encontrarán en Jesucristo la salvación.
Caifás anuncia el cumplimiento de la profecía de Ezequiel.
Ezequiel había anunciado el fin del destierro del pueblo de Israel y la promesa de una alianza de paz eterna: pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Esta promesa se cumple en Jesucristo. Cristo vencerá mediante la locura de la cruz y el sacrificio de la obediencia.
A través de este camino también nosotros podremos entrar en la gloria.
Y ante esta Palabra no podemos quedarnos como espectadores apáticos.
También llega tu hora. La hora de seguir a Jesús en el misterio pascual; la hora de tomar tu cruz y encontrarte en ella con el Señor; la hora de vivir obedeciendo a la voluntad de Dios y experimentar su victoria en tu vida. La hora de ver cómo el Espíritu hace nueva tu vida.
Para ello, el versículo antes del Evangelio nos ha dado la clave: Quitaos de encima vuestros delitos y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
¿No ardía nuestro corazón al escuchar su Palabra? (Cf. Lc 24, 32).
¡Ven Espíritu Santo! ???? (cf. Lc 11, 13).
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