Más artículos de interés
Thu, 07 Mar 2024 18:37:37 +0000
Cuaresma, tiempo de compasión
Os dejamos el propósito de mañana
Viernes
8 de marzo de 2024
San Juan de Dios
Lecturas:
Os 14, 2-10. Vuelve, Israel, al Señor tu Dios.
Sal 80, 6-11.14.17. Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz.
Mc 12, 28-34. El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás.
En nuestro camino hacia la Pascua, al encuentro con Jesucristo vivo, la Palabra nos invita, como siempre, a la conversión.
Hoy nos invita a volver al Señor, a cortar con los ídolos para confesar que el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.
Fácilmente nos despistamos y ponemos nuestra confianza en los ídolos: No nos salvará Asiria…, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos… No tendrás un dios extraño.
Fácilmente buscamos nuestra seguridad en los ídolos: el dinero, el poder, el trabajo, el placer, los afectos… A veces caemos en la trampa de adorar a la criatura en lugar de adorar al Creador.
Pero los ídolos no pueden darte la vida. La idolatría produce un fruto de muerte, porque supone el abandono de Aquél que es la vida: sólo en el Señor podrás encontrar la vida. Él Espíritu Santo es Señor y dador de vida.
Por eso, esta es la conversión profunda a la que el Señor nos llama: ¿Quién es el Señor de tu vida?, ¿A quién le estás pidiendo la vida?
Cuando pongas al Señor en el centro de tu vida, cuando le dejes ser el único Señor de tu vida…, entonces: Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, será su esplendor como un olivo… ¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino!: te alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel silvestre.
Entonces Él hará nueva tu vida. No porque desaparezcan todos los problemas, sino porque con el Señor puedes reinar en medio de tu cruz y ver cómo el Espíritu Santo la hace fecunda y gloriosa.
Vivirás la fe como una historia de amor con el Señor.
Y entonces, descubres que el Señor te regala el poder amar a los demás con un amor nuevo: como yo os he amado. Puedes amar al hermano como Dios lo ama: con gratuidad, con misericordia, con donación.
¿No ardía nuestro corazón al escuchar su Palabra? (Cf. Lc 24, 32).
¡Ven Espíritu Santo! ???? (cf. Lc 11, 13).
Viernes
8 de marzo de 2024
San Juan de Dios
Lecturas:
Os 14, 2-10. Vuelve, Israel, al Señor tu Dios.
Sal 80, 6-11.14.17. Yo soy el Señor, Dios tuyo; escucha mi voz.
Mc 12, 28-34. El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás.
En nuestro camino hacia la Pascua, al encuentro con Jesucristo vivo, la Palabra nos invita, como siempre, a la conversión.
Hoy nos invita a volver al Señor, a cortar con los ídolos para confesar que el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.
Fácilmente nos despistamos y ponemos nuestra confianza en los ídolos: No nos salvará Asiria…, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos… No tendrás un dios extraño.
Fácilmente buscamos nuestra seguridad en los ídolos: el dinero, el poder, el trabajo, el placer, los afectos… A veces caemos en la trampa de adorar a la criatura en lugar de adorar al Creador.
Pero los ídolos no pueden darte la vida. La idolatría produce un fruto de muerte, porque supone el abandono de Aquél que es la vida: sólo en el Señor podrás encontrar la vida. Él Espíritu Santo es Señor y dador de vida.
Por eso, esta es la conversión profunda a la que el Señor nos llama: ¿Quién es el Señor de tu vida?, ¿A quién le estás pidiendo la vida?
Cuando pongas al Señor en el centro de tu vida, cuando le dejes ser el único Señor de tu vida…, entonces: Seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, será su esplendor como un olivo… ¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino!: te alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel silvestre.
Entonces Él hará nueva tu vida. No porque desaparezcan todos los problemas, sino porque con el Señor puedes reinar en medio de tu cruz y ver cómo el Espíritu Santo la hace fecunda y gloriosa.
Vivirás la fe como una historia de amor con el Señor.
Y entonces, descubres que el Señor te regala el poder amar a los demás con un amor nuevo: como yo os he amado. Puedes amar al hermano como Dios lo ama: con gratuidad, con misericordia, con donación.
¿No ardía nuestro corazón al escuchar su Palabra? (Cf. Lc 24, 32).
¡Ven Espíritu Santo! ???? (cf. Lc 11, 13).
Noticias