Más artÃculos de interés
Tue, 13 Feb 2024 10:17:30 +0000
Jornada Mundial del Enfermo 2024: Dar esperanza en la tristeza
Como cada año, en esta Jornada se celebra una Misa especial en la Catedral, presidida por nuestro Arzobispo, monseñor Enrique Benavent, para todos los enfermos, ancianos.... En ella, nos dirigió un precioso mensaje en su homilía:
1º) El lema de este año nos recuerda que estamos llamados a sembrar esperanza en medio de la tristeza. El misterio del dolor y de la enfermedad provoca 2 preguntas:
-“¿Por qué a mí?” Sólo lo entenderemos cuando estemos en la Presencia de Dios
-La 2ª es más radical y profunda, porque este misterio pone a prueba nuestra fe en Dios: “¿Es que Dios me ha dejado de querer?” Pone a prueba el interrogante acerca del Amor de Dios.
La enfermedad, cuando aparece, cuando nos toca, humanamente provoca en nosotros la tristeza. El cristiano tiene que iluminar la experiencia del dolor y del sufrimiento con la luz de la fe. A veces es un largo proceso. Al pasar por la prueba se descubre que, con el tiempo, nuestra esperanza en Dios pueda ir reforzándose, porque es cuando brota la verdadera esperanza.
2ª palabra del lema: Estamos llamados a sembrar esperanza. Nos gustaría solucionar todos los problemas del mundo. Tampoco el Señor pudo. El Señor, con su Amor, sembró esperanza en cada corazón, en el corazón de todas las personas que sufren. Preguntarnos: ¿cómo podemos sembrar esperanza en aquellos que pasan por la prueba del dolor? En el Evangelio, se nos relata la actitud de María de visitar a su prima Isabel: cómo los cristianos podemos sembrar esperanza. Se fue deprisa. Se puede traducir en que se fue sin pensárselo dos veces: le nacía espontáneamente de su corazón. A veces apartamos nuestra vida del dolor y del sufrimiento. Cercanía que nace del corazón, que es expresión de Dios a todos los que sufren. Los cristianos, con nuestra cercanía humana, hacemos presente la cercanía de Dios. El Hijo del hombre se acercó a nosotros. Y es esa cercanía, ese Amor de Dios, lo que podemos hacer para llevar esperanza. El dolor de la enfermedad y del sufrimiento es mucho más fuerte cuando se tiene que vivir en la soledad. Que nadie se sienta solo ni abandonado cuando llega la enfermedad. La cercanía de los cristianos es expresión de la cercanía de Dios. Estar cerca, ¿para qué? Para orar. “La oración es lo que nos ayuda a crecer en la esperanza en Dios, porque despierta en nuestro corazón el deseo de Dios” Benedicto XVI, Spes Salvi
El encuentro de María e Isabel es el encuentro de dos personas creyentes que comparten su fe, y les ayuda a crecer en la esperanza y el amor. María e Isabel comparten juntas la alegría de la fe. Así se siembra esperanza en los corazones. La alegría de la fe nos da la esperanza de que Dios no deja de amarnos. Eso llena nuestro corazón de amor y de esperanza. Que nuestra cercanía a las personas que sufren sea una cercanía creyente, que incluso en la enfermedad Dios no ha dejado de amarnos.
3º) Proclamar las maravillas de Dios. Su Amor se extiende a todas las criaturas. María e Isabel se alegran por lo que Dios hace con los más pobres y pequeños. Son los que ocupan el primer lugar en el corazón de Dios. La visita de la Virgen a Isabel es un modelo de cómo los cristianos estamos llamados a sembrar esperanza: con nuestra cercanía, con nuestra oración, con nuestro descubrir que son los predilectos de Dios. María proclama que ellos son los que ocupan el primer lugar en el Corazón de Dios. Esto tiene que ser un camino que nos ayude a crecer en esta espiritualidad: sembrar esperanza en el corazón de todos. Es lo más grande. Que la Santísima Virgen nos ayude a vivir sus mismas actitudes.
Y para finalizar, una resplandeciente procesión de antorchas que recorrió toda la catedral. Fue precioso ver cómo la Virgen se acercaba a los enfermos y contemplar los rostros emocionados de todos los que allí estaban, mientras se cantaba el himno de la Virgen de Lourdes, levantándose las velas en cada estribillo. ¡Que la Virgen nos bendiga y acompañe siempre!
catedral valencia,
Misa
catedral
1º) El lema de este año nos recuerda que estamos llamados a sembrar esperanza en medio de la tristeza. El misterio del dolor y de la enfermedad provoca 2 preguntas:
-“¿Por qué a mí?” Sólo lo entenderemos cuando estemos en la Presencia de Dios
-La 2ª es más radical y profunda, porque este misterio pone a prueba nuestra fe en Dios: “¿Es que Dios me ha dejado de querer?” Pone a prueba el interrogante acerca del Amor de Dios.
La enfermedad, cuando aparece, cuando nos toca, humanamente provoca en nosotros la tristeza. El cristiano tiene que iluminar la experiencia del dolor y del sufrimiento con la luz de la fe. A veces es un largo proceso. Al pasar por la prueba se descubre que, con el tiempo, nuestra esperanza en Dios pueda ir reforzándose, porque es cuando brota la verdadera esperanza.
2ª palabra del lema: Estamos llamados a sembrar esperanza. Nos gustaría solucionar todos los problemas del mundo. Tampoco el Señor pudo. El Señor, con su Amor, sembró esperanza en cada corazón, en el corazón de todas las personas que sufren. Preguntarnos: ¿cómo podemos sembrar esperanza en aquellos que pasan por la prueba del dolor? En el Evangelio, se nos relata la actitud de María de visitar a su prima Isabel: cómo los cristianos podemos sembrar esperanza. Se fue deprisa. Se puede traducir en que se fue sin pensárselo dos veces: le nacía espontáneamente de su corazón. A veces apartamos nuestra vida del dolor y del sufrimiento. Cercanía que nace del corazón, que es expresión de Dios a todos los que sufren. Los cristianos, con nuestra cercanía humana, hacemos presente la cercanía de Dios. El Hijo del hombre se acercó a nosotros. Y es esa cercanía, ese Amor de Dios, lo que podemos hacer para llevar esperanza. El dolor de la enfermedad y del sufrimiento es mucho más fuerte cuando se tiene que vivir en la soledad. Que nadie se sienta solo ni abandonado cuando llega la enfermedad. La cercanía de los cristianos es expresión de la cercanía de Dios. Estar cerca, ¿para qué? Para orar. “La oración es lo que nos ayuda a crecer en la esperanza en Dios, porque despierta en nuestro corazón el deseo de Dios” Benedicto XVI, Spes Salvi
El encuentro de María e Isabel es el encuentro de dos personas creyentes que comparten su fe, y les ayuda a crecer en la esperanza y el amor. María e Isabel comparten juntas la alegría de la fe. Así se siembra esperanza en los corazones. La alegría de la fe nos da la esperanza de que Dios no deja de amarnos. Eso llena nuestro corazón de amor y de esperanza. Que nuestra cercanía a las personas que sufren sea una cercanía creyente, que incluso en la enfermedad Dios no ha dejado de amarnos.
3º) Proclamar las maravillas de Dios. Su Amor se extiende a todas las criaturas. María e Isabel se alegran por lo que Dios hace con los más pobres y pequeños. Son los que ocupan el primer lugar en el corazón de Dios. La visita de la Virgen a Isabel es un modelo de cómo los cristianos estamos llamados a sembrar esperanza: con nuestra cercanía, con nuestra oración, con nuestro descubrir que son los predilectos de Dios. María proclama que ellos son los que ocupan el primer lugar en el Corazón de Dios. Esto tiene que ser un camino que nos ayude a crecer en esta espiritualidad: sembrar esperanza en el corazón de todos. Es lo más grande. Que la Santísima Virgen nos ayude a vivir sus mismas actitudes.
Y para finalizar, una resplandeciente procesión de antorchas que recorrió toda la catedral. Fue precioso ver cómo la Virgen se acercaba a los enfermos y contemplar los rostros emocionados de todos los que allí estaban, mientras se cantaba el himno de la Virgen de Lourdes, levantándose las velas en cada estribillo. ¡Que la Virgen nos bendiga y acompañe siempre!
catedral valencia,
Misa
catedral
Noticias