Testimonios >> Medio para que nuestros hijos puedan compartir su fe con otros niños.
El conocimiento de estas convivencias nos vino dado por unos papeles informativos colocados en la puerta de la Iglesia. Gracias a esta información y a la recibida de forma personal por miembros de la congregación, nos animaron a dejar a nuestras hijas en manos de las Hermanitas de los Desamparados. Creo que ha sido una de las mejores decisiones que como padres hemos tomado a lo largo de nuestra vida, y a continuación explicamos porqué.
Nuestros hijos han sido educados en un ambiente cristiano, basado en el respeto y amor a Dios, ideales que en la sociedad actual no son contemplados como tal. Es por ello que los hijos se ven desplazados e incluso marginados en el ambiente en el que desarrollan sus actividades cotidianas. Las Hermanitas de los Desamparados nos proporcionan un medio para que nuestros hijos puedan compartir su fe con otros niños y afiancen así su entorno cristiano. A pesar de que las convivencias cuentan sólo con una semana de duración, es suficiente para notar en ellos un crecimiento espiritual y por tanto un mayor acercamiento a Dios. Se deslumbra en su rostro una alegría y una fuerza interior, un impulso que contagia al resto de la familia. Impulso que se traduce en ilusión por volver a repetir la experiencia y satisfacer así las necesidades que como niños llevan en su interior de permanecer en Dios. Solo nos queda agradecer a las Hermanitas la ilusión que aportan a nuestros hijos por querer vivir una vida basada en la fe, amor y respeto por los demás, y que poco a poco vayan acrecentando estas maravillosas experiencias que ya forman parte de nuestra vida.
Nuestros hijos han sido educados en un ambiente cristiano, basado en el respeto y amor a Dios, ideales que en la sociedad actual no son contemplados como tal. Es por ello que los hijos se ven desplazados e incluso marginados en el ambiente en el que desarrollan sus actividades cotidianas. Las Hermanitas de los Desamparados nos proporcionan un medio para que nuestros hijos puedan compartir su fe con otros niños y afiancen así su entorno cristiano. A pesar de que las convivencias cuentan sólo con una semana de duración, es suficiente para notar en ellos un crecimiento espiritual y por tanto un mayor acercamiento a Dios. Se deslumbra en su rostro una alegría y una fuerza interior, un impulso que contagia al resto de la familia. Impulso que se traduce en ilusión por volver a repetir la experiencia y satisfacer así las necesidades que como niños llevan en su interior de permanecer en Dios. Solo nos queda agradecer a las Hermanitas la ilusión que aportan a nuestros hijos por querer vivir una vida basada en la fe, amor y respeto por los demás, y que poco a poco vayan acrecentando estas maravillosas experiencias que ya forman parte de nuestra vida.
Jesús y María Teresa